domingo, 6 de noviembre de 2011

El lado oscuro del manual...

El manual… ¿Dónde está el manual?  ¡¡¿¿Qué hice con el manual, la madre….?!!
No puede ser que haya perdido el manual de enseñanza del hombre contemporáneo… Claro ahora me van a decir que no existe tal manual y que estoy loca. Lo segundo es cierto, pero existe, yo escribí un capitulo (en realidad asesore el resto pero tampoco me voy a poner en estrella).
El Manual de Enseñanza del Hombre Contemporáneo nació allá por el año 2004, cuando me encantaba creer mentiras.
Después de 30 mensajes de texto y 24 llamadas perdidas, con pedidos de búsqueda a la Interpol, escuchas:
- No te pude responder los mensajes amor, es que deje el celu en la casa de mi hermana y recién hoy (lunes…) lo pude recuperar.
Esto es verídico, no estoy exagerando, porque sé que tengo un don muy desarrollado para exagerar situaciones, pero este no es el caso.
Situaciones así, tengo millones, idas, venidas, salidas, entradas, reemplazos, suplentes, titulares (algo que me falta probar de mi parte), mensajes nunca recibidos, llamadas nunca escuchadas, baterías fallidas, señales perdidas, malos entendidos, citas postergadas a último momento, amigos celosos y muy presentes, etc., etc.
Pero el problema no se trata de las ya tan trilladas excusas que solemos escuchar (tanto masculinas como femeninas… o que se van a creer que nosotras no podemos?? Ja!). El problema es lo que uno decide creer, de lo que no QUIERE darse cuenta, porque es mas cómodo, porque la pasa mejor, porque es menos doloroso que enfrentar la realidad, por lo que sea, pero les puedo asegurar que la caída posterior es mucho más dura.
Como decisión de vida yo elegí vivir en el “sincericidio”, tal vez no lo cumpla un 100% pero hago todo lo posible para que así sea. Sera una medida drástica o demasiado brusca, pero ¿Saben qué? A mí me gusta decidir sobre mi vida, más allá que después sea un desastre. Yo puedo conocer un flaco divino, copado, divertido, inteligente y muy lindo, pero si él no es sincero conmigo se va todo al fondo del tacho. Prefiero que me diga que tiene novia, mujer, 9 hijos, una suegra, 4 perros y un loro a que me mienta. Porque sacando la moral de todo esto, de si acepto soy una rompe hogares y dejo sin familia a los 9 niños, yo decido si quiero o no estar con él, con todo lo que eso conlleva. Así como decido, así después digo “Agua y Ajo”. Me molesta que decidan por mí y al no decirme su situación siento que decide sobre lo que tengo que hacer en mi vida. Por eso cuando es blanco es blanco y cuando es negro es negro. Mika, mi psico, diría que existen los matices, los colores… si, por supuesto que existen, pero más allá del amor, ¿no sería mucho más fácil plantear las cosas bien desde el principio, para que después no haya malos entendidos, malas caras, llantos, reproches, desapariciones y salidas tempranas de la pseudo-relacion? Esto es muy mío, una frase que siempre digo cuando algo me duele demasiado “Me gustaría que las moralejas estén al principio del cuento, así se a que atenerme”.
Se, profundamente, que eso no se puede, porque de nada sirve que te digan que vas a aprender si no transitas la vivencia, si no sentís plenamente la enseñanza.
Mejor que haya perdido el manual… porque si no, nunca más voy a terminar de aprender lo que la vida me quiere enseñar… (Y la yegua pega duro!!)
Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.

Yo, la complicada.




PD: Uff que te extraño, hombre binario…

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