martes, 20 de octubre de 2015

Que valga la alegría...

Y me viste irme, pero no fue planeado, para nada.
Lo sentí, me salió, porque vos ya estabas mucho más allá de nosotros...
Hoy elegí preservarme, cuidarme y quererme. Elegí no sufrir por algo que no vale la alegría ni las ganas.
Se que sos para mi, que la vida nos eligió, que estamos destinados a ser, pero no ahora, este no es nuestro tiempo, tal vez el mío, pero claramente no el tuyo.
Necesito enfocar y tomar las riendas de esta vida que me dieron, tener la plena responsabilidad de mis actos y no dejar librado al azar la culpa o el sufrimiento.
Tal vez para vos esto no tenga absolutamente nada de cierto, tal vez me tomes como una cobarde, pero como te dije hace un rato, eso no es justo, ya no quiero que duela y embarcarme en algo que se que va a doler, es ponerme en condición de victima, es redundar en relaciones pasadas, donde quejarme era maravilloso.
Quiero que valga la alegría, no la pena...
Quiero ser prioridad, quiero sentir que esa persona esta total y plenamente enamorada de mi, así como yo.
¿Egoísta? Seguro! Pero creo que ya deje mis deseos de lado mucho tiempo.
Seamos lo que tengamos que ser, lo que nos dicte lo más profundo de nuestro corazón, no de nuestra cabeza... Y lo digo yo.
Lo que deba ser, será, y lo que no pasará de largo como un recuerdo más.



Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.



Yo, la complicada.

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