Esperando que la masa leve para terminar el pan dulce, me puse a pensar (no se si esta tan bueno... ustedes entienden...).
Haciéndome la tonta les cuento que el viernes pasado me encontré, luego de un año, con MI hombre binario... Che no griten! no es para tanto (de hecho, no fue para tanto...) El encuentro llega, como siempre, luego de una interminable conversación por mensaje y con el pedido de vernos face-to-face. Accedí solamente porque no quería terminar el año "intacta" y ademas de chusma, quería saber como estaba.
Primera impresión: Esta gordo, dejo de fumar, pero tiene esa mirada que me sigue partiendo la cabeza, aunque ya no tanto como antes. Es que ya se cual es el meollo de este hombre, que si bien interesante ya es conocido, no tiene la emoción de un primer encuentro con descubrimiento posterior.
Debo reproducir casi exactamente el dialogo posterior para que entiendan mi salud presente:
Situación: Bajando del taxi, hacia el bar en cuestión
HB: Para donde es?
Yo: Para allá, pero si no te gusta podemos elegir otro.
HB: No, esta bien, es que estoy un poco nervioso.
Yo: Ya nos conocemos... cual seria el motivo?
HB: Te conté que tengo novia ¿no?
Yo: ... ... ...
HB: Si, te lo dije.
Yo: No...
Ok, punto uno, no, no me lo había dicho. Y como ustedes me conocen ese seria un dato que no pasaría por alto y que quedaría grabado en lo más profundo de mi cabeza. Punto dos, en tres segundos pensé si eso cambiaba en algo que yo estuviera pensando pasar la noche con el y en los cinco segundos restantes concluí que no cambiaba absolutamente nada, porque el objetivo era otro, para mi por supuesto. Punto tres, lo deteste, con todo mi corazón por haber decidido por mi, por hacerse el dramático por demostrarme que tenia culpa cuando "descubrió" que no me lo había dicho, por eso y por muchas cosas más. Pero o dejaba todo de lado o me tomaba el primer taxi a casa. (no tengo que explicar que hice ¿no?)
Nos sentamos, pedimos unos tragos, y me empezó a contar su vida de un año a esta parte. Cuando hizo un punto en todo lo que me estaba contando pude decirle algo que realmente sentía pero que no sabia si le iba a caer muy bien. Ya no sonríe, cuenta su vida como si fuera una novela mexicana donde al protagonista le roban el billete de lotería ganador, lo dejan paralitico y estéril y ademas se entera que su mujer lo engaña con su padre biológico al que no conocía y buscaba desesperadamente...
Se convirtió en un amargado, el me dijo que había crecido mucho, yo no lo entendí así. Ser adulto no significa volverse amargado, significa tener el control y la responsabilidad de tu vida, tanto de lo malo como de lo bueno. Pero si no generás lo bueno, probablemente la vida pasara así, simple...
Y el notó algo en mi, que me puso muy contenta, ademas de decirme la sarta de pavadas de, estas más linda, más flaca, más más más... estas más relajada. Básicamente no estoy buscando casarme con el primer idiota que se me cruce, el objetivo es otro (disfrutar del sexo con el primer idiota que se me cruce, ¿realmente pensaban que era otra cosa?), entonces no tengo posturas, ni poses, ni nada, soy yo, así y ademas relajada, soy muy copada en ese estadío. La noche transcurrió, el alcohol se hizo dueño de nuestras venas y empezaron las confesiones del estilo "porque dejamos de vernos", a lo que añadí la respuesta "porque yo era insoportable", "¿porque no te espere?", "pienso en vos siempre", "quiero saber como estas", "que va a pasar después de esto?"
Ustedes creerán que todo eso fue de parte mía ERROR GARRAFAL!! tenia delante mio una versión masculina de mi pasado pero con menos pelo, muchísimo menos. No conteste a ninguna de sus preguntas más que con hermosos "no se" o "el destino sabrá".
Nos fuimos a dormir juntos, pensé que iba a ser otra cosa, no lo fue, insatisfecha y enojada, me dormí.
A la mañana siguiente, fui todo lo más cortes que pude y nos despedimos con un beso, con promesas de volvernos a ver en un futuro cercano.
¿Quiero? Realmente no. Peeeeeeero, si no tengo otra cosa que hacer...
La verdad no se que me pasa, sigo sin sentir, sigo sin poder conectarme con el otro, con el roce de su piel, con sus caricias, con sus besos. Literalmente no me sale, aunque obviamente finjo, no me gusta ser responsable de la amargura ajena.
No estoy conforme, pero supongo que algo de todo esto tengo que aprender, es evidente que mi cabeza esta tratando de decirme algo (a los gritos) y como siempre... NO ENTIENDO!!
Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.
Yo, la complicada
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