sábado, 16 de febrero de 2013

¿Será lo que es para los treinta y tantos?

Tuve un Sur que me hizo perder el Norte, pero acá estoy nuevamente en Baires, pensando en mi Sur... imposible como siempre. Es tan largo de explicar que me llevaría una vida entera dilucidar el porqué del gran enamoramiento de este hombre (gran, muy "gran", no se si me explico...).
De todas maneras este post se trata de otro tema que en charlas de noches sureñas con cerveza de por medio trate de entender.

Primero voy a exponer datos, claros y concretos, a saber:
Hombres y mujeres, de 28 a 33.
Solteros, separados (legalmente, de convivencia o de noviazgo) con la cabeza quemada.
Con quejas y reproches.
Tratando de explicar el porque de la separación (cuando no son LAS separaciones).
Asumiendo el porque no, preguntando antes porque si.
Desconfiados, resentidos, lastimados, tristes, pero con ganas de más, de no resignar, de seguir descubriendo, buscando, hasta llegar "ahí".
Estereotipando lugares comunes, personas comunes, gestos comunes, palabras comunes.
Negadores, optimistas, esperanzados, angustiados, noveleros, humoristas... solteros, no solos.

Entonces me empecé a preguntar porqué. ¿Que pasa? ¿Porque estas almas no se juntan? Pensando, analizando y (ahora) sabiendo que no estoy sola en esto de ser soltera a los treinta y tantos, me pregunto, ¿Que pasa con mi generación? ¿Que fue lo que paso en el medio, en nuestros 20, para que ahora la mayoría este soltero?
Escuchando a un chico de 21 años, muy, super, requete enamorado de su novia, me di cuenta que no tenemos la misma cabeza. Ya se, es solo un exponente, pero, insisto de 20 personas que conocí, 15 eran solteros de treinta y tantos, viajando solos o con amigos, más solos que con amigos, tratando de, en estas charlas, poner un poco de luz en tanta oscuridad.
Una sabia filosofa cipoleña por adopción, me hablo del "periodo del amor de tu vida". Estadisticamente hablando (estadísticas serias... con números y todo) entre los 20 y los 25, conoces al "amor de tu vida", a esa persona que vas a querer para siempre, que nunca vas a olvidar, que va a ser distinta a todos los que vienen después. Ok... ahora me pregunto, ¿y después que? Si no te quedaste con ese, el resto ¿que onda?
Es cierto, yo entro dentro de esta estadística pero, ¿no será que mi generación idealizo tanto el amor que se fue que hoy no hay tapón que nos venga bien? ¿Sera que vimos conformarse a nuestros padres con lo que tenían y nosotros no podemos ni pensar en conformarnos? ¿Sera que la separación temprana es una forma de no involucrarse demasiado? ¿Sera que ese "ideal" nos lastimo tanto que ahora ni pensamos en un "para siempre" más largo que 4 meses?
Se me pasan cosas por la cabeza como tolerancia, ceder un 50%, tener una pareja pareja, igual, hombro a hombro, lucharla juntos, hablar de las diferencias, hablar sobre todo, comunicarse, no salir rajando con el primer obstáculo, mirarse, escucharse, plantear no pelear.
¿Será que estamos tan intolerantes que no permitimos un error?
¿Será que nos lastimaron tanto que antes, y por las dudas, salimos corriendo para no sufrir?
Específicamente, a nosotras, ¿Que nos hace abrir la boca antes de tiempo? Esos mensajes de texto, o por alguna red social, donde sabemos profundamente que si apretamos "enviar" estamos mandando todo al carajo. ¿La idea de que les salte la ficha? ¿De saber si vamos a sufrir de antemano?
Yo me agarré con una de mis frases: "Con reglas claras juego mejor, no me las cambies a mitad del juego".
¿Será que tengo que dejar de pensar en el amor como un juego y, paradojicamente, jugarme de una vez por todas? Cerrar la boca y dejar que fluya. Relajarme y disfrutar...
Profundo...

Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.



Yo, la complicada.




PD: Como te extraño SUR, como te extraño...

No hay comentarios:

Publicar un comentario