domingo, 23 de diciembre de 2012

Hay que generar lo bueno... si no...

Esperando que la masa leve para terminar el pan dulce, me puse a pensar (no se si esta tan bueno... ustedes entienden...).
Haciéndome la tonta les cuento que el viernes pasado me encontré, luego de un año, con MI hombre binario... Che no griten! no es para tanto (de hecho, no fue para tanto...) El encuentro llega, como siempre, luego de una interminable conversación por mensaje y con el pedido de vernos face-to-face. Accedí solamente porque no quería terminar el año "intacta" y ademas de chusma, quería saber como estaba.
Primera impresión:  Esta gordo, dejo de fumar, pero tiene esa mirada que me sigue partiendo la cabeza, aunque ya no tanto como antes. Es que ya se cual es el meollo de este hombre, que si bien interesante ya es conocido, no tiene la emoción de un primer encuentro con descubrimiento posterior.
Debo reproducir casi exactamente el dialogo posterior para que entiendan mi salud presente:
Situación: Bajando del taxi, hacia el bar en cuestión
HB: Para donde es?
Yo: Para allá, pero si no te gusta podemos elegir otro.
HB: No, esta bien, es que estoy un poco nervioso.
Yo: Ya nos conocemos... cual seria el motivo?
HB: Te conté que tengo novia ¿no?
Yo: ... ... ...
HB: Si, te lo dije.
Yo: No...

Ok, punto uno, no, no me lo había dicho. Y como ustedes me conocen ese seria un dato que no pasaría por alto y que quedaría grabado en lo más profundo de mi cabeza. Punto dos, en tres segundos pensé si eso cambiaba en algo que yo estuviera pensando pasar la noche con el y en los cinco segundos restantes concluí que no cambiaba absolutamente nada, porque el objetivo era otro, para mi por supuesto. Punto tres, lo deteste, con todo mi corazón  por haber decidido por mi, por hacerse el dramático  por demostrarme que tenia culpa cuando "descubrió" que no me lo había dicho, por eso y por muchas cosas más. Pero o dejaba todo de lado o me tomaba el primer taxi a casa. (no tengo que explicar que hice ¿no?)
Nos sentamos, pedimos unos tragos, y me empezó a contar su vida de un año a esta parte. Cuando hizo un punto en todo lo que me estaba contando pude decirle algo que realmente sentía  pero que no sabia si le iba a caer muy bien. Ya no sonríe, cuenta su vida como si fuera una novela mexicana donde al protagonista le roban el billete de lotería ganador, lo dejan paralitico y estéril  y ademas se entera que su mujer lo engaña con su padre biológico al que no conocía y buscaba desesperadamente...
Se convirtió en un amargado, el me dijo que había crecido mucho, yo no lo entendí así. Ser adulto no significa volverse amargado, significa tener el control y la responsabilidad de tu vida, tanto de lo malo como de lo bueno. Pero si no generás lo bueno, probablemente la vida pasara así, simple...
Y el notó algo en mi, que me puso muy contenta, ademas de decirme la sarta de pavadas de, estas más linda, más flaca, más más más... estas más relajada. Básicamente no estoy buscando casarme con el primer idiota que se me cruce, el objetivo es otro (disfrutar del sexo con el primer idiota que se me cruce, ¿realmente pensaban que era otra cosa?), entonces no tengo posturas, ni poses, ni nada, soy yo, así  y ademas relajada, soy muy copada en ese estadío. La noche transcurrió, el alcohol se hizo dueño de nuestras venas y empezaron las confesiones del estilo "porque dejamos de vernos", a lo que añadí la respuesta "porque yo era insoportable", "¿porque no te espere?", "pienso en vos siempre", "quiero saber como estas", "que va a pasar después de esto?"
Ustedes creerán que todo eso fue de parte mía  ERROR GARRAFAL!! tenia delante mio una versión masculina de mi pasado pero con menos pelo, muchísimo menos. No conteste a ninguna de sus preguntas más que con hermosos "no se" o "el destino sabrá".
Nos fuimos a dormir juntos, pensé que iba a ser otra cosa, no lo fue, insatisfecha y enojada, me dormí.
A la mañana siguiente, fui todo lo más cortes que pude y nos despedimos con un beso, con promesas de volvernos a ver en un futuro cercano.
¿Quiero? Realmente no. Peeeeeeero, si no tengo otra cosa que hacer...
La verdad no se que me pasa, sigo sin sentir, sigo sin poder conectarme con el otro, con el roce de su piel, con sus caricias, con sus besos. Literalmente no me sale, aunque obviamente finjo, no me gusta ser responsable de la amargura ajena.
No estoy conforme, pero supongo que algo de todo esto tengo que aprender, es evidente que mi cabeza esta tratando de decirme algo (a los gritos) y como siempre... NO ENTIENDO!!

Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.


Yo, la complicada

domingo, 9 de diciembre de 2012

Remasterizada...

Tiempo... tiempo es lo que pasó... Corrió demasiada agua debajo del puente y aquí estoy, otra vez... lisa y llanamente yo. Esta mujer que se complica con el menor obstáculo  que dramatiza porque sí, porque a veces es divertido y porque otras es demasiado el dolor y hay que sacarlo rápido para poder olvidarlo... aunque después no lo haga.
Ocupada con responsabilidades familiares, nuevamente me olvide de mi identidad, hasta enfermarme o, como dijeron los médicos, hasta somatizar hasta los huesos por no poder soltar, por no poder desprenderme.
Sigo esperando que la soledad suelte mi mano, pero ya estoy acostumbrada a verla paseando por el departamento, siguiéndome al trabajo o compartiendo películas conmigo una tarde de domingo. No es tan trágico .. aunque a veces si... a veces pesa y mucho. Pero alegremente ahora es "a veces".
Me sigo preguntando todos los días que me deparara el futuro, esa maldita adicción de adelantarme al destino para no "aguantar" más de lo debido. Sigo sin encontrar respuestas aunque analizo más de lo normal cada una de mis opciones.
Estoy aprendiendo a ser mujer, a dejar que los hombres hagan por mi, a tratar de no adelantarme a los hechos, a no tirarme a la pileta sin minimamente pensar, por lo menos, que por ser un lugar mojado tendría que haber agua. Me sorprenden algunas de mis actitudes, no pensé que podía hacer determinadas cosas, dejar que los demás hagan, poder decirlo y no sentirme mal por eso, ni culpable ni responsable... aunque hay cosas que nunca cambian.
He desplazado el sexo de mi vida por completo, no porque no tenga ganas, simplemente porque estoy tan programada por alguna voz interior que no tengo ganas de compartir mi intimidad con gente que no se lo merece. Por eso cada vez que he tenido la oportunidad de cagarme la vida (perdón por la expresión pero es así de cruda la verdad), mi inconsciente ha salido a defenderme y aunque en esos momentos pensé que era una idiota con mayúscula por no aprovechar la situación  hoy lo agradezco (tampoco tan suelta de cuerpo, hay algunas en que todavía me siento una idiota, aun sabiendo que si accedía iba a ser aun más idiota...).
Tengo hombres que han vuelto, otros que aparecen, aquellos que se dan cuenta, por la razón que sea, que quieren (de alguna forma... se entiende no?) estar conmigo. Pero sigo acá, intacta...
Pero hay algo que me preocupa demasiado, es tan grande el miedo, tan inmenso, que ya no siento... Siento el cariño, siento el dulce sabor de la venganza, siento la bronca y muchas cosas más, pero no siento amor... Me siento intocable, de metal, reluciente, frío  duro, indestructible, que forma una armadura perfecta que nadie puede rasgar, donde nada me llega, absolutamente nada, que ni los besos mas apasionados con esa persona a la que espere 5 meses puede desarmar... No sentí, no siento... Loco, pero cierto.
Saludos desde acá, nuevamente, el otro lado de la pantalla.

Yo, la misma complicada de siempre.