Este es otro de los momentos de gran pesimismo donde no puedo levantarme ni pensar en mañana, ni sentir "que todo va a estar bien", porque la vida cada vez me lo demuestra más, cada vez se empeña más en hacerme saber que hay algo que en esta vida no va a ser para mi.
Que habré hecho? Como habré sido en otras vidas para que ahora necesite imperiosamente aprender a estar sola... y me pesa tanto carajo!
No se, tal vez necesite enfocarme en otra cosa, tal vez yo voy a ser esa exitosa profesional, pero solitaria y ermitaña...
Y acá estoy encerrada, dentro de la fortaleza, esa que me construí y que cada vez se hace mas fuerte, para que todo duela menos, para no sufrir, pero no conseguí dejarla afuera a ella, que me mira de costado, que se sienta a mi lado. La quiero echar a toda costa, no la quiero acá. Pero la soledad hace oídos sordos y sigue paseándose por la fortaleza sin importar que tan alto le grite o la insulte. Es como si supiera que esto nos pasa a todos y que de un momento a otro me acostumbrare a su compañía, entrando en un letargo gris y sin sentido.
Quiero irme, quiero escapar, no quiero escuchar ni consejos ni alientos, no quiero ver ni mirar, quiero sentarme en un rincón con la cara hundida en mis rodillas, hecha una bolita y no pensar, navegar por mi mente en blanco por la eternidad, sin analizar, ni pensar, ni especular, ni sacar conclusiones, nada. Quiero parar, sin sonreír ni llorar, quiero apretar stop y quedarme así, no quiero preguntas ni entendimientos, no quiero cambiar, ni ceder, ni entender.
Ya no quiero que me encuentren... y así me fui.
Saludos desde acá, el otro lado de la pantalla.
Yo, la complicada.